Los termoplásticos se refieren a una categoría de plásticos que se vuelven fundidos cuando se calientan, pueden moldearse en un molde al enfriarse, y pueden volver a fundirse y remodelarse repetidamente al recalentarse. Este proceso reversible (líquido ⇄ sólido) es un cambio físico, caracterizado por la capacidad del material para disolverse en ciertos solventes y su naturaleza procesable por fusión. Los termoplásticos comunes incluyen polietileno (PE), cloruro de polivinilo (PVC), polipropileno (PP) y poliestireno (PS), que se conocen colectivamente como los cuatro plásticos de uso general. Estos materiales suelen tener una temperatura de servicio continua por debajo de 100°C. Los termoplásticos exhiben excelentes propiedades de aislamiento eléctrico. En particular, el politetrafluoroetileno (PTFE), PS, PE y PP tienen constantes dieléctricas y factores de pérdida muy bajos, lo que los hace ideales para aplicaciones de aislamiento de alta frecuencia y alto voltaje. Aunque los termoplásticos son fáciles de procesar y moldear, a menudo tienen una resistencia al calor limitada y son propensos a la fluencia —deformación bajo carga sostenida—, que puede variar según las condiciones ambientales como la temperatura, la exposición a solventes y la humedad.